Vamos viendo
"Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo” (Abraham Lincoln)
Estamos rompiendo todo. Ya casi no tengo dudas, lo he dicho varias veces en mis ensayos anteriores y hasta puedo sonar nostálgico y repetitivo: que linda era la Internet abierta y global cuando era abierta y global, cuando había menos intereses cruzados y superpuestos. O eso parecía.
Creció tanto que se hizo imprescindible. Creció tanto que se hizo impredecible. Creció tanto que se hizo peligrosa, un botín. Nunca la humanidad había tenido a su disposición algo así. Lindo proyecto, buena idea, mala implementación. Failed.
Hoy se ha vuelto una colcha de retazos, o peor, una colcha tironeada y rasgada.
Lo peor del caso es que siento que todos nos mienten un poquito (o mucho). Todos es todos, ¿eh? Créanme, yo no les miento. Me siento estafado, no me gusta que insulten mi inteligencia, se nota. Como dicen que dijo Abraham Lincoln (o tal vez no):
"Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”
Así estamos. Vamos viendo, algo haremos… el nuevo mantra digital. Y, mientras tanto: “Lo que queda, queda. Lo que se pierde, se pierde.” (Lola Mento).
Es que parece cierto que algunos vienen engañándonos a todos desde hace bastante tiempo, pero ya nos vamos dando cuenta (en un par de décadas, quizás…). Otros parecen haber fanatizado a algún grupito irremediablemente perdido, de esos que buscan siempre a su líder mesiánico de turno. Tengo la esperanza que se cumpla la profecía del Honesto Abe y que haya algún nuevo despertar. La esperanza es lo último que se pierde, ¿no?
Me explico… juro que intentaré no repetir viejas quejas.
A todos durante un tiempo…
Lo decía la semana pasada: nos gluglearon. Nos creímos otra cosa, que este amor era para siempre. Pero no, nos gluglearon.
Esta semana me crucé con un tuit de Tim Sweeney, el fundador de Epic Games (Fortnite), y me volví a acordar del tema. Como Elon no me deja embeber el post en cuestión, cito la frase para ahorrarles un click, bendito sea el fair use:
“The problem with the search engine business is that the money’s in the searching, not the finding.”
¡Era tan simple! Estaba en la superficie, era obvio que podía pasar. Y pasó a la vista de todos, pero tenía que ponerse blanco sobre negro: lo importante era generar los hábitos de búsqueda. Es cierto, alguien debía “organizar la información del mundo para que todos puedan acceder a ella y usarla”. También es verdad que lo hicieron muy bien y que fueron evolucionando y quedamos atrapados en su telaraña, amplia y mundial.
Lo que quizás no previmos fue que alguien iba a ser solo uno. Podían ser álguienes, muchos, pero no, así es la naturaleza humana: animales con hábitos, como sugería Aristóteles cuando nos definía como un “animal racional”.
Quizás tampoco intuimos, como decía Sweeney, que lo más importante -por detrás pero igualmente a la luz- es el negocio: si el consumo concentrado está en la búsqueda, el dinero está en la búsqueda. Nos gluglearon.
“No sean malvados”, decía hace unas semanas, y ya preveía algo como lo que está explotando en estos días.
Fui injusto, el problema no estaba ahí. Debí haber dicho “No seamos ingenuos”. Lo fuimos, lo somos, ¿lo seguiremos siendo?
A algunos todo el tiempo…
Es sabido que todo lo que sucede en el mundo ya lo predijeron Los Simpsons:
Recordaba que “todos amamos al na-na-na-na-Líder”, en medio del desastre técnico del lanzamiento presidencial de un pre-candidato en EE.UU. Pero no por el líder político en cuestión, o al menos en este caso no, mejor no entrar en esas lides justo esta semana, cuando en otras geografías también festejaban mesiánicamente a otres na-na-na-na-Líder-esas.
Las fallas técnicas le costaron el trabajo a un jefe ingeniero de San Francisco, y los defensores acérrimos del na-na-na-na-Líder Chief Twit salieron en masa a defender lo indefendible. Así somos, parece. Lo que hace y dice el jefe está bien, no importa qué.
Y yendo hacia atrás, me di cuenta de que en el rubro tecnológico y digital hemos sido así desde hace más de 30 años: en cada WWDC, en cada I/O, en cada F8. Precisamente estuve invitado a un F8 hace unos años y me sentí en medio de un rito, debo confesar que me dio escalofríos. Cada frase del na-na-na-na-Líder pelirrojo era seguida por gritos de pasión. Si se reía, todos reían, si se enojaba, todos bramaban.
A algunos, todo el tiempo. Parecería que así son (somos) los “¡developers, developers, developers!”… y seguro los otros también, ¿no?
Justo, justo, justo esta semana, cuando en Build anunciaron el nuevo juguete del presente-futuro: Windows CoPilot. Hacia allá vamos, a toda velocidad, sin conductor, como arriba de un Tesla. Rodeados e inundados de Inteligencia Artificial, ¡ay!
A nadie para siempre… (espero)
Estamos dando vueltas como un trompo entre los datos y la IA. Todo es así estos días. No salimos más, estamos rompiendo Internet, atrapados en un día de la marmota digital.
Refería Peter Diamandis esta semana, citando un muy buen libro sobre el tema:
“The code we now write no longer dictates the choices and decisions our machines make; the data we feed them does.”
Estamos criando un niño-adolescente que cuando se haga adulto puede terminar siendo bueno y educado o malvado y rebelde. O ambas cosas. O puede ser que no sea un niño sino dos, o muchos, millones, la vida (digital) misma, en manos de pocos o de todos. El destino decidirá.
Los datos con los que se alimenta y educa, el feedback y el re-entrenamiento que lo corrige (humano o automatizado), las inferencias predictivas que a partir de todo esto hace, son parte de un mismo círculo, virtuoso o vicioso. O ambas cosas a la vez.
La preocupación ya es evidente, lo he mencionado antes. Asusta un poco la incertidumbre, la falta de coherencia en las decisiones, el descontrol.
No sé si tendremos un nuevo na-na-na-na-Líder mesiánico en Sam Altman, el CEO y uno de los fundadores de OpenAI, espero que no, pero que haya decidido salir en un tour conquistador por el mundo me hace un poco de ruido. Sí, es cierto, lo había anunciado hace algunos meses, antes de varios de estos acontecimientos de las últimas semanas. También es verdad que vienen promoviendo un entorno regulado, de algo de eso trata su viaje y, sobre todo, algunos de sus últimos blogs. Pero… ya no confío en nadie, ya pasé por F8, no sé cuánto falta para que esta empresa empiece a hacer sus eventos para desarrolladores y salga él o sus socios gritando “à la Ballmer”: “¡COPILOT… COPILOT… COPILOT!”
La lucha sigue entre los gladiadores del Open Source y los cancerberos del código cerrado (por seguridad, claro, no por negocio, no sean tontitos, si ya aprendimos, ellos no mienten). Quién ganará nadie lo sabe, pero el tironeo es cada vez más fuerte:
De un lado Emad Mostaque (Stability AI), Yann LeCun (Meta), y Tim Sweeney con Peter Diamandis como invitados especiales. Al menos ellos los más verbosos;
Del otro, por ahora, Alphabet, OpenAI (con Microsoft por detrás) y vaya uno a saber cuantos miles y miles de inversores, corporaciones, gobiernos (?) y startups más. Gracioso es (NOT!) que parece que Altman se lo toma en broma: “woah, we're definitely not gonna do that, but that's interesting to know” (interesante la respuesta de Jack Dorsey).
En el medio, el temor a haber soltado un monstruo imparable, como ya he comentado alguna vez. El Padrino Hinton se va asustado, hace declaraciones asustadoras, pero se la devuelven sin piedad. Los fundadores de Partnership on AI no parecen estar muy contentos.
Los datos, la tecnología, el negocio y la lucha de poderes. Si no aprendemos con esta, ya no sé que nos quedará. Esta semana multaron a Meta desde la Unión Europea. Abusos de datos en un contexto GDPR, amenazas para terminar de una vez con legislaciones livianas, acuerdos entre EEUU y la UE por detrás que no terminan de arreglarse. Nadie tiene la razón, todos tienen la razón. En el medio, las personas. Quizás incluso regulaciones que deban revisarse, una Sección 230 que resiste pero quizás no debería. Debates teóricos en medio de sufrimientos humanos.
Recordaba aquella nota de opinión del Board Editorial del New York Times de 2018 (*link corregido*), pocos meses después de haberse reglamentado GDPR en Europa. Aquella profecía se está cumpliendo. Y no sé si está mal. La volví a leer ayer y destaqué algunos párrafos muy reveladores del presente:
“… All signs point to a future with three internets. The received wisdom was once that a unified, unbounded web promoted democracy through the free flow of information. Things don’t seem quite so simple anymore.
… The power of a handful of platforms and services combined with the dismal state of international cooperation across the world pushes us closer and closer to a splintered internet. Meanwhile, American companies that once implicitly pushed democratic values abroad are more reticent to take a stand.
… It’s since become clear that secretive digital surveillance isn’t just the domain of anti-democratic forces.
… As governments push toward a splintered internet, American corporations do little to counteract Balkanization and instead do whatever is necessary to expand their operations. If the future of the internet is a tripartite cold war, Silicon Valley wants to be making money in all three of those worlds.
… If things continue along this path, the next decade may see the internet relegated to little more than just another front on the new cold war.”
Que lindo el juguetito, se rompió el juguetito. Algo haremos, ¡vamos viendo!
Ojalá me quieran seguir acompañando, para mi es un lujo contar con ustedes. Si les interesó, compartan, y…
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¿Por qué escribo? Porque quiero devolver a la comunidad profesional de la industria de medios y la industria digital todo lo que he aprendido en estos más de 30 años de trabajo. He tenido muy buenos mentores que me han enseñado, he trabajado y sigo trabajando mucho, toca entregar lo que sé. La reflexión la hice después de preparar y dar mi Charla TED, me parece que es el momento adecuado.
¿Dónde encuentran mis ensayos? Aquí, en www.liberini.com, en LinkedIN, Facebook y Twitter. Por favor suscríbanse, y si les interesó, comenten y compartan. Todo aporte me resulta valioso.
¿Por qué escribo así? Porque soy así, un poco irónico, un poco sarcástico, un poco sentimental, un poco curtido ya. Un poco soberbio y cabrón, claro, también. Soy argentino, ¿qué más decir?
¿Qué imágenes uso? Como tengo varias décadas trabajando en la industria de contenidos, soy muy respetuoso de la propiedad intelectual, el derecho de autor y el uso de imágenes de terceros (porque sé lo que cuesta producir y crear, como para que cualquiera se lo lleve por ahí). Entonces solamente uso embebidos (de Youtube, Twitter, Spotify, etc.), pero si quiero insertar una imagen, debería pedir autorización y no tengo tanto tiempo disponible. Decidí entonces recurrir a mi familia creativa: las pinturas son de mi esposa Verónica, artista plástica; las fotos son de mi hermano Pablo, fotógrafo. Ambos ingenieros. Las imágenes no tienen que ver con el tema, pero me pareció bueno que los conozcan porque son muy talentosos. Me estoy quedando sin insumos y quise aprender más de cerca sobre las herramientas generativas de Computer Vision. Por eso incluí algunos de esos “originales”, también.
¿Dónde más pueden verme, escucharme, leerme? En general aquí, pero también tengo algunos otros espacios donde he estado hablando. Traté de incluir una sección en el sitio web para ir actualizando con las invitaciones que me llegan. Aquí lo pueden ir viendo.