La Inteligencia Artificial se comió al Software
"Software is eating the world" (Marc Andreessen)
A ver, ¿cómo decirlo sin echarme demasiada arena en la cabeza? Mmhhh… no, no encuentro forma sutil, así que mejor ser directo: sí, en algún momento de mi vida profesional fui un desarrollador de software bien nerd (bastante malo, pero nerd al fin). Y, antes de eso -y para siempre-, un nerd de las Ciencias Exactas (así, en mayúsculas, como corresponde, ¡de pie señores!).
Y, como dicen los gringos: “once a nerd, always a nerd”. No importa el tiempo que hace que no estoy cerca de los detalles, el sentido común y la lógica marcan el estilo para siempre.
Así que de eso va hoy la cuestión aquí: de cómo y porqué el software se viene comiendo al mundo. Pero no necesariamente en el sentido que le puso Marc Andreessen en su famosa columna de opinión del Wall Street Journal en 2011. Para mi eso ya está viejo, es tan real y palpable que no merece discusión, explicación ni opinión. No voy a tomarme el trabajo, mejor dejar que Midjourney lo haga por mi. Por eso le pedí su interpretación de la frase y tanto me asustó que no quise elegir solo una de las imágenes, sino que preferí mostrarlas todas:
(¿Qué tal este animalito, eh?)
Y es que, con la mucha información que siguió apareciendo sobre todos estos temas durante la semana -un aluvión de lanzamientos y novedades a cual más preocupante- pensaba en lo que escribí en mi artículo de opinión anterior (verán que ya no digo ensayo, respiren aliviados):
“Como en otras ocasiones, trato de tener una mirada realista, centrada en el consumidor, que es lo que, en general, hace imbatible e irreversible cualquier situación de este estilo. De fondo, lo anterior: como personas buscando momentos de distracción, entretenimiento, información, incluso inspiración y emoción: ¿nos importa acaso el proceso creativo o solamente el resultado? ¿El contenido, la obra, la interpretación (grabada o en vivo), el artista, el autor? ¿Todo, algo, nada? Y más allá, ¿creemos que lo que nos inquieta hoy, lo que nos importó en el pasado, nos seguirá preocupando en el futuro? ¿O nos iremos adaptando a las nuevas realidades y olvidando los hábitos anteriores? Ya nos ha pasado, no nos engañemos, los ejemplos cunden.”
Y me daba cuenta de que entre los participantes del universo creativo, que tan preocupados empiezan a estar por la intromisión de la Inteligencia Artificial generativa en sus obras, no incluí ni profundicé en mi propio rubro académico, las ciencias de la computación. Sí, desarrollar software también es una disciplina creativa del hombre, al menos para mi. Una mezcla de ciencia dura, algoritmos matemáticos e inspiración con creatividad.
Fue entonces que llegué a una primera reflexión: ¿Por qué los desarrolladores de software no están reclamando (tan) fuertemente por la producción automatizada de código fuente vía los ChatShipitís de este nuevo universo digital casi distópico? ¿No se consideran creadores, no creen en sus obras, nadie los protege, la suma de todo lo anterior, algo más, algo menos?
Raro tanto silencio, ¿no? Si en cada artículo que habla de las capacidades de estas herramientas mencionan casi de inmediato su facilidad para escupir líneas de código coherentes.
Y así terminé con el título y postulado de hoy: ¿Será que, en una evolución de lo que decía Andreessen, la Inteligencia Artificial se está comiendo al Software? Ojo, como la semana pasada, esa frase ya tiene royalty y me pertenece. Verán que voy evolucionando como estas mismas herramientas: la vez anterior una palabra, hoy una frase completa. Mañana un libro (necesito un editor).
Software-eat-software
Dog-eat-dog es un término idiomático en inglés, usado como adjetivo, para representar la hiper-competitividad, intentar ser exitoso a toda costa, sin escrúpulos.
¿No lo sabían? Yo tampoco, solo recordaba el álbum de Joni Mitchell, pero qué bien quedé, ¿no? Tres clicks en el buscador y llegué a un buen resultado, como si fuera un erudito. Que si, que por ahora son 3 pero quizás en poco tiempo será solo 1 -o ninguno- y bye-bye generadores de contenidos: a trabajar como juglares, como les puede terminar pasando a los músicos.
Por fortuna ese significado me acercó mucho a una de las hipótesis que precisamente quería argumentar: no he sentido nunca ese ambiente de “pisar cabezas” en el mundo del software, sino todo lo contrario. Un rubro colaborativo, muy alejado de cualquier cosa similar a un software-eat-software. Por supuesto debe haber mil excepciones, pero en ningún caso parecido al de otros marcos creativos. Los egos y la guardia baja, eso siento yo.
El ambiente musical del que hablaba la otra semana es bastante colaborativo también, claro, pero tiene sus aristas (y arTistas): no cualquiera se junta con cualquiera (intentar hacer un featuring con alguien que no pertenece al mismo sello, mmmmhhhhh), las colaboraciones se pagan con royalties, como decía Grimes en estos días, y existe una enorme cantidad de derechos por detrás.
Quizás sea por estas cuestiones de los royalties y los derechos que solamente algunos pocos se animan a otros modelos de negocios y relaciones. A lo mejor deban ya empezar a pensar distinto hacia adelante, porque justo esta semana Google abrió el juego mucho más agresivamente a todas sus herramientas de IA -que las tiene en cantidad y calidad-, y llegó incluso a introducir conceptos antes impensados, como el de chat-to-music. Para muchos, un tembladeral. Para los Gallagher, quizás una salvación.
Y hablando de Google y tembladerales, volviendo al punto, también esta misma semana se comentó mucho en el ambiente tecnológico digital un paper interno que se filtró en Discord, sobre el futuro de las herramientas de Inteligencia Artificial generativa: "We Have No Moat, And Neither Does OpenAI".
Creíble o no, argumentable o no, hay mil y una explicaciones, certezas e incertezas en las que no quiero profundizar. Como en otras ocasiones, me quedo con una muy buena descripción y análisis de Ben Thompson, que se pasea desde lo puramente técnico hasta el negocio, y la picardía que le pone Zuckerberg a la cuestión para intentar ganar el terreno perdido en esta disciplina.
Si hasta Peter Diamandis se metió en el asunto desde sus posturas más filosóficas, apoyando de costadito a su -evidentemente- amigo Emad Mostaque, un personaje un tanto extraño, fundador de Stability AI, la empresa por detrás de Stable Diffusion.
Para quien guste entrarle, ahí les dejo unos buenos links en los párrafos anteriores. Si yo lo vi, ustedes también.
Planteaba reflexiones y postulados en mi introducción, y llegamos a un elemento importante donde creo que está la primera gran diferencia entre la creación de software y muchas de las otras disciplinas creativas del ser humano: el concepto de Open Source.
Parece extraño por mi pasado profesional, pero hoy por hoy sé mucho menos de las cuestiones de derechos de propiedad aplicadas al software que lo que tuve que aprender, haciendo ejercicio ilegal de la abogacía, de los derechos en los contenidos.
Pero sí recuerdo muy bien los inicios del Proyecto GNU y de la revolución que le metió a toda la industria del software, desde los sistemas operativos “abiertos” en adelante. Para quienes quieran deleitarse (??), les dejo la mirada visionaria de este otro personaje extraño, Richard Stallman, con su declaración fundacional “Why Software Should Be Free”. Puede ser muy inspirador, muy liberal, muy idealista, pero tampoco nos dejemos engañar por este ser lleno de controversias abominables, claro.
La idea del software de código abierto y el “copyleft” fue evolucionando mucho en el tiempo. Hoy llegamos a un momento muy diferente de la mano de la computación en la nube, donde el licenciamiento de software parece extraño, donde es más común consumir y pagar por un servicio completo de punta a punta. Tanto que los mismos proveedores de servicios de infraestructura en la nube le metieron un poco de trampa al asunto y se pusieron incluso por encima de quienes se tomaron el trabajo de ponerle cabeza a la creatividad y el esfuerzo de desarrollo, como le pasó a MongoDB con Amazon, en un caso muy conocido.
Y ahí está la diferencia cuando el código abierto se mete en la Inteligencia Artificial:
¿Alcanza con liberar los fuentes? Con tanto poder computacional en la nube que estos bichos requieren, con tantos datos necesarios para que un LLM sea eficiente en sus resultados, el que parece que entendió muy bien el dilema fue el tal Emad (y el tal Sathya, digamos todo), que llegaron con billetes suficientes como para aportar la infraestructura. ¡Y listo! Dice Anthropic que si a Sundai le sobran unos bytes, que se los pase.
¿Y si los fuentes están liberados, no será un poco peligroso? ¿Tanto código ético, tantas “constituciones” para el reentrenamiento con AI, tantas precauciones de un lado para que el conocimiento ande suelto y llegue vaya uno a saber a qué puerto del otro lado?
Listo el pollo, primer punto entendido. El software abierto marca un modo de pensamiento muy diferente en toda la comunidad desarrolladora. Y aplicarlo a un software tradicional es una cosa, pero a la IA generativa es algo muy diferente. Check.
¿Pero alcanza con eso para entender tanta pasividad, tanto silencio?
Mi postulado es que quizás esta profesión camina derecho hacia el precipicio y no está haciendo nada para detenerse: que en un par de años el mismo software generativo cree a su sucesor y desde ahí hacia los costados, hacia arriba y hacia abajo. ¿Puede ser o exagero? Insisto, ¿por qué el ecosistema de ingenieros de software no está nervioso ni reclamando o haciendo piquetes en las puertas de los Headquarters de Silicon Valley?
Si incluso desde hace casi 2 años, antes de la existencia de estos ChatShipitís que a veces asustan, ya se habían comenzado a usar las redes neuronales para producir software autónomo. Como se puede ver en esta perlita, el mismo presidente de OpenAI, en un rol previo de CTO que luego delegó, hablaba del lanzamiento de Codex y su integración en GitHub:
Ahí hay algo. Ahí quizás la segunda gran diferencia de esta comunidad creativa: el desarrollo colaborativo. Que si, que vinieron Brockman y Altman y agregaron un “Copiloto” en Github. Pero que ya Github existía desde antes y los programadores entraban y salían ofreciendo servicios pero también copiando y pegando pedazos de código y rutinas. Y además también esta(ba) Stack Overflow, que ahora resulta que puede ser el convidado de piedra que termine perjudicado.
Y esperen que Google recién llega. Y por atrás viene Meta. Y de costado entra Reid Hoffman con su nuevo emprendimiento asociado a un ex-googler.
Código abierto, desarrollo colaborativo, copy&paste… NERDS, si, quizás era eso. Skynet desarrollándose a si mismo, solo, solito y solo. Lamentablemente. Snigggffff…
Hablando de Hoffman y OpenAI, los dejo con una entrevista que merece la pena escucharse, si les sigue interesando esta cuestión:
No es tanto por lo inspirador, ni por ser un remanso, sino para entender que hay por detrás, por debajo y hacia adelante. Chau.
Espero que les haya servido, instruido, divertido, que los haga pensar. Muy honrado de que me hayan acompañado hasta aquí. Para los que llegan por primera vez, algunos tips sobre este Newsletter:
¿Por qué escribo? Porque quiero devolver a la comunidad profesional de la industria de medios y la industria digital todo lo que he aprendido en estos más de 30 años de trabajo. He tenido muy buenos mentores que me han enseñado, he trabajado y sigo trabajando mucho, toca entregar lo que sé. La reflexión la hice después de preparar y dar mi Charla TED, me parece que es el momento adecuado.
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¿Qué imágenes uso? Como tengo varias décadas trabajando en la industria de contenidos, soy muy respetuoso de la propiedad intelectual, el derecho de autor y el uso de imágenes de terceros (porque sé lo que cuesta producir y crear, como para que cualquiera se lo lleve por ahí). Entonces solamente uso embebidos (de Youtube, Twitter, Spotify, etc.), pero si quiero insertar una imagen, debería pedir autorización y no tengo tanto tiempo disponible. Decidí entonces recurrir a mi familia creativa: solía usar las pinturas de mi esposa Verónica, artista plástica; las fotos de mi hermano Pablo, fotógrafo. Ambos ingenieros. Esas imágenes no tienen que ver con el tema, pero me pareció bueno que los conozcan porque son muy talentosos. Me fui quedando sin insumos y quise aprender más de cerca sobre las herramientas generativas de Computer Vision. Por eso voy incluyendo algunos de esos “originales”, también.
¿Dónde más pueden verme, escucharme, leerme? En general aquí, pero también tengo algunos otros espacios donde he estado hablando. Traté de poner una sección en el sitio web para ir actualizando con las invitaciones que me llegan. Aquí lo pueden ir viendo. Suscríbanse aquí abajo, por favor…