Imparable
"El problema de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era" (Paul Valéry)
- Esta semana voy a escribir sobre Inteligencia Artificial.
- ¿Otra vez?
- Es que hubo mucho ruido, muchas cosas nuevas.
- ¿Otra vez?
- ¡En serio, pasan cosas importantes a diario, esto es un cambio profundo en el mundo digital! ¡Está en juego el futuro de la humanidad!
- ¿Otra vez?
- No entendés nada, hace un par de semanas que no hablo de eso, me dediqué a otras cuestiones, ¿no me leíste?
- ¿Otra vez?
- Dejame, ya vas a ver, me resulta imprescindible volver a este tema.
- Te voy a cobrar derecho de uso de imagen…
Me imaginaba un diálogo así con ChatShipití mientras planeaba este texto. Claro es que aún no tiene este tipo de fluidez en las conversaciones ni -sobre todo- recordación de interacciones anteriores o tanta personalización. Quizás sí pueda tener ese carácter si le quitaran los guardrails. No, no será con esta versión 4. Posiblemente con la 5, la 6, seguro alguna antes de la 10, si es que llega y se lo permite Escainet.
Estos días está lleno de screenshots en “las redes” (que modismo tan obsoleto, como “los portales”) de conversaciones con la herramienta. Seguro se cruzaron con alguna imagen como ésta que me maravilló, de uno de los ejecutivos más importantes en el tema, de Andreessen Horowitz:
Yo mismo pensaba: ¿Otra vez? Y si, una y otra vez, de verdad. Y me acordaba de Chespirito y aquella rutina del “perro arrepentido” del Chavo del 8. Eso parezco, el perro arrepentido volviendo al tema con el rabo entre las piernas. ¿No se acuerdan de eso? Aquí se los dejo, no se hagan los pendex:
Quise hacerles el favor de procesar las 10 horas del loop usando ese desarrollo de Inteligencia Artificial Generativa que resume los videos de Youtube que me enseñó LMG, pero ni eso pude, me dice “Error generating summary”: 10 horas del Chavo (o el Chavo mismo, quien sabe) es demasiado para el estado del arte de esta tecnología.
Me lo tengo merecido. Esta obsesión ya puede ser peligrosa, contagiosa. Y eso que vengo usando poco ese chat, no tengo tanto tiempo disponible para divagar ni tanta creatividad para el diálogo. Me lo crucé el sábado en Skype, personificado como Bing, y me gustó tenerlo más a mano, bien por Microsoft y su despliegue.
Pero confieso que sí vengo consumiendo demasiado contenido de industria sobre el tema, postergando algunas horas de sueño, atendiendo podcasts mientras hago ejercicio físico, usando algunos otros espacios, incluso laborales. Porque toca. Es que me parece imprescindible, ya me han leído: creo de verdad que estamos en un momento “bisagra”, un “tipping point” de la industria (¿de la humanidad?), y no soy el único que lo siente así, ya se darán cuenta.
Esta semana sí que hubo toletole por todos lados. Ya voy a entrar de lleno, que de eso se trata este ensayo. Créanme que van a terminar coincidiendo conmigo en que era importante volver a esta cuestión. Postergaré una vez más hablar de la web3, del metaverso, del mundo de medios y su pivot al streaming, de tantas otras cosas que tengo represadas. Les dejé ahí algunos links interesantes como aperitivo, pero profundizaré más adelante sobre esos temas, que también considero relevantes.
De todo lo que leí, vi y escuché estos días, me quedaron dando vueltas en la cabeza dos frases que me llevaron al título y la bajada de este envío, porque son las que me parece que resumen de la mejor manera el presente que vivimos:
En uno de los podcasts, Sam Altman le dice a su entrevistadora que el movimiento de Inteligencia Artificial es IMPARABLE. Y si, coincido, mal que nos pese, ya verán, han soltado al monstruo, está libre y parece imparable.
A través de otras lecturas de insomnio terminé en una cita que le atribuían al ex presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti, que, dicho sea de paso, también a su edad y con su impronta de erudito en arte, se metió con ChatShipitíVamo’ArribaVó’ (perdón amigos charrúas, no pude evitarlo: ¡VAMO’ ARRIBA, VÓ’!). Y, como me ha pasado otras veces, salí a hacer fact checking, porque ya no se puede confiar ni siquiera en periodistas serios y profesionales. Era verdad, la había dicho ayer nomás, en 1998. Pero también era cierto que no era originalmente de él, sino de Paul Valéry, el escritor y poeta francés. La frase que me quedó rebotando como reflejo de este momento único decía:
“El problema de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era”
Así de contundente: el futuro de hace tan solo 6 meses atrás era muy diferente del futuro que se nos presenta hoy. Vamos a tener que aprender a vivir con eso, nos guste o no (¿o no?). Como decía Albert Einstein, referenciado también por Sanguinetti en esa conferencia de los ‘90s: “El problema del futuro es que se nos viene demasiado rápido”. Se nos vino, digo yo. O, como dijo esta semana Peter Diamandis:
¿Verdad que ya los dejé pensando y expectantes?
Hoy no voy a remansar (¿qué tal ese verbo, eh?) con temas de otro estilo, quiero destacar en esta pausa algunos tuits alrededor de lo mismo: ciencia, tecnología, futuro.
Uno, es cierto, tiene un reflejo histórico, un toque de emoción -al menos para mi-, al poder ver a dos personajes tan importantes como Einstein y Bernard Shaw, que declara su admiración por el físico homenajeado:
(¿será que llegó hasta aquí nomás el Universo de Einstein?).
El siguiente, para argentinos entendidos, habla del futuro posible de la Inteligencia Artificial en mi país de nacimiento. Una vez más nos tocará salvar a la humanidad, coincido, así de humildes somos los porteños:
Un toque humorístico-tecno-elónico-AI (el anterior era serio, no se confundan):
Finalmente, una profecía de Arthur C. Clarke, que espero que no se cumpla, al menos en su totalidad:
(personaje complejo, contradictorio, ¿no? Más allá de la genialidad de su escritura, esa mirada, esa forma de expresarse, esa sombra insalvable al final de su vida)
Ahí vamos entonces, tan rápido como la velocidad de la luz enunciada por Einstein. Rápido pero despacio, que necesito que lean con mucha atención, por favor. Despacio pero rápido, antes de que este texto lo termine de escribir ChatShipití, que si lee mis otros ensayos y los párrafos anteriores seguramente sabrá como seguir con el resto sin problemas.
El Negocio… o la Humanidad
Finalmente, esta semana todo salió a la luz, a borbotones, así como si alguien hubiera destapado una cañería. Si, esa que lleva eso que sabemos a ese lugar que todos conocemos pero preferimos ni mirar (y mucho menos oler).
Los que están de lleno en el negocio, buscando con urgencia terminar de posicionarse como disruptores (¿no era que no existía esa palabra?) antes de que lo hagan otros, que resulta que era tan fácil como robarse algún pedazo de código y know-how y fundar una nueva empresa con ex empleados de la otra. ¡Hello Anthropic!
Los que quedaron un paso por detrás, aún habiendo construido los cimientos del asunto, desesperados por achicar la brecha sin perder su negocio incumbente, incluso financiando a alguno nuevo por ahí. ¡Hello Anthropic!
Los del otro lado del planeta, de la otra mitad de Internet, anunciando que anuncian nuevos anuncios y poniéndole nombre occidental a su artefacto conversador.
Los demás, viendo como rapiñanmos alguito del asunto, metiéndose en el hype por el costadito o tratando de hacer que miren su jardín bien cuidado, que incluso los hay prolijitos, coherentes y constantes. ¿Ustedes también? Bienvenidos al vecindario, sigan, venga, pasen, estamos escribiendo el manual de convivencia. Nos queda por definir si permitimos la música hasta las 10 o hasta la medianoche. Que no, que lo demás ya vino redactado de más arriba, lo lamento, el manual de convivencia solamente complementa al reglamento de copropiedad y ese ya no podemos modificarlo, parece.
Un quilombo, bah. Nada del todo diferente a lo que ha venido sucediendo en los últimos 30 años en cada nueva oleada, solo que a una velocidad mayor. Lo que antes tardaba años, lustros incluso, ahora se resuelve en pocos meses. Lo que se diría una gran mejora de poder computacional, gracias a la nube, al edge, los GPUs, NVidia y otros vecinos del barrio.
Ok, ok, ordenemos un poco la habitación que ya vienen las visitas. La cosa viene más o menos así, mezclando un poco de información actualizada y opinión personalizada:
Las guerritas comerciales entre Microsoft y Google empezaron hace algunas semanas. Parecen años, décadas, pero no, al menos esta guerrita no, de las otras ya hemos hablado. La delantera la han tomado los de Redmond, y a los muchachos que Miran desde la Montaña se los nota nerviosos, desconcertados porque les han metido una disrupción en medio de los OjOs:
Lo primero que habrían decidido es que si tienen que pelearse con los de afuera para recuperar terreno, lo mejor que pueden hacer es dejar de pelearse adentro. Tantos labs haciendo cosas similares por separado, parece que lo único que genera es que los talentos que han venido cultivando, terminen huyendo despavoridos. Mucho cerebro, mucha mente profunda, pero poco sentido común para esta nueva realidad, quizás.
¿Será cierto o no que Bard se entrenó con el output de ChatShipití? Quien sabe, más de eso en el siguiente apartado, por ahora solo esta brillante respuesta de Benedict Evans a la picaresca de Sam Altman (uggghhh… directo al estómago del copyright):
Para quien guste oír de primera mano al Jefe Indio esquivando preguntas incómodas de periodistas incisivos, ayer mismito nomás, aquí se lo dejo. Por favor, le sirven un té inglés para que se calme:
Los chinos. Y si, toca hablar de la otra mitad del mundo digital, antes de que se nos venga encima (o antes de que los indios ocupen la verdadera otra mitad). Ya he dicho varias veces que la promesa original de la Open Web global se está destruyendo, si es que no está ya concluida. Nos va a tocar reconstruir (“nos” dice el pibe, mirá vos que agrandado) desde los pedazos del jarrón chino roto en el piso, no va a quedar otra. La ciencia tecnológica oriental ha sido brillante en cuestiones de Inteligencia Artificial. Tanto que lo que implementaron por debajo de TikTok ha puesto los pelos de punta a los reguladores y congresistas occidentales del primer mundo. Pero es cierto que hasta ahora no apareció el competidor de los prompts. Y el primer intento, este Ernie con nombre occidental, dejó a todos un poco confundidos (¿significará algo la pronunciación ernie en chino? Quizás nos están insultando y no nos dimos cuenta). Nos quieren engatusar con videos pre-armados, como si no supiéramos de esas cosas en occidente, desde 2018 al menos. En fin, que seguimos mirándolos con desconfianza y expectativa, pero aquí listos para regalarles todos nuestros datos personales ni bien lancen el producto, que tampoco es que nos moleste tanto entregar nuestros derechos. Si se los dimos a un pelirrojo gringo o a un ruso expatriado en Norteamérica, ¿por qué no a un asiático? ¡Shut up and take my
moneydata!Hablando de pelirrojos: ¿Y Meta? ¿Y Apple? ¿Y Amazon? Nada, che. Nada claro, al menos. Siguen lamentándose de haber perdido la oportunidad con los parlantes inteligentes parlanchines, cosa que honestamente no termino de entender, porque a mi me resulta más fácil hablar que escribir, pero así de inextricables son los hábitos de consumo de las personas. Uno en su año de las eficiencias, otro queriendo lanzar finalmente su dispositivo XR tan demorado, el último planeando vaya a saber uno qué, pero mejor estar atentos.
Que NVidia, que Adobe, que Canva, que Anthropic, que Stable Diffusion, que Midjourney, que lpmqlp cuantos nuevos productos, servicios, proyectos, startups. Todos, todos, todos buscando su lugar, su negocio. Que de eso hablamos, de negocios, ¿no? ¡Nooooo! ¿O si?
NoSiNoSiNOSINOOOSIIII
¡El Negocio! (¿o La Humanidad?)
Y así llegamos al fondo de la cuestión: los negocios que intentan mezclarse y confundirse como aportes a la humanidad.
Escuchaba esta semana dos insumos muy relevantes en formato podcast, que me llevaban a estas ideas y reflexiones:
Por un lado la entrevista que Kara Swisher -para mi la mejor entrevistadora tech del momento- le hizo a Sam Altman en estos días:
Este muchacho se ha convertido en un rockstar, está en todos lados repitiendo una y otra vez sus cantos de sirena, su bondad infinita, su preocupación por el futuro, como si fuera una estrella de Hollywood estrenando película. Da para escucharlo, igualmente, para estar atentos, para entender su lógica por detrás, la impronta que él y sus socios le ponen a OpenAI. Incluso ha estado en una entrevista mucho más larga con Lex Fridman, que no tuve oportunidad aún de escuchar, pero el bueno de LMG sí me pasó en formato texto resumido (si es que se pueden resumir casi 2 horas y media de charla), para quien quiera husmear un poco.
De la entrevista con Swisher, donde usó el término unstoppable que tanto me impactó, y además de las cuestiones de siempre sobre Elon Musk, Microsoft o el sesgo en las respuestas que supuestamente corrigieron con RLHF, me llamó mucho la atención cuando le consultaron sobre regulaciones y la participación del Estado en el desarrollo de este tipo de tecnologías. Mencionaba algo así como que “el Gobierno ya no hace eso, ya no desarrolla tecnologías avanzadas, prefiere la participación privada”. Personalmente creo que eso puede cambiar cuando se vengan más aceleradamente los avances de Oriente, pero también lo relacionaba con los cambios en los comportamientos del ciudadano norteamericano promedio, que justo apareció fuerte con unos estudios muy controvertidos. ¿Se quedarán quietos los gobernantes? Dudo…La otra entrevista de Swisher de esos días, a Reid Hoffman, el bueno de la Paypal Maffia, que más o menos en el minuto 38 se mete a hablar de Inteligencia Artificial, y merece la pena escucharse, sobre todo porque acaba de sacar un libro en colaboración con GPT4, como ya mencioné en otro ensayo. Su mirada es un poco más indulgente, pero igualmente preocupado por el futuro. Ahí se los dejo.
Ahora bien, lo más destacado para mi, entre todos estos anuncios, avances y lanzamientos que ya marean y confunden, ha sido sin dudas que OpenAI decidió que su producto estrella se convierta en un servicio directo al consumidor, completito completito y de lleno en la Economía de Plataformas. Quien mejor lo describe, cuando no, es Ben Thompson, que lo refiere como una empresa tech que “accidentalmente” se orienta hacia el consumidor. Pura ironía.
Pero esa referencia, a causa del lanzamiento de los PlugIns -sumados a los APIs que ya tenían previamente-, le permiten a ChatShipití extender las respuestas e integrar a terceros, habilitándole el mismo tipo de negocios de cualquier otra Plataforma del mundo web2. Si, otra vez la Platform Economy, que tanta incomodidad genera por ser una aspiradora de datos, de intereses, de consumidores. Tanto The Verge como The Information entran al tema en la misma línea que Thompson, con dos notas de opinión muy interesantes, que merecen leerse con detenimiento.
El Negocio Digital en su expresión más pura, digo dañina, digo máxima. Esperen la publicidad en ChatShipití, ¡ya vienen las respuestas patrocinadas por…! ¿Cómo se llamarían los SERPs en este nuevo esquema? ¿ChERDs? (cada uno imagine)
La Humanidad… o el Negocio
En fin, que ya terminando dejo para este final lo más jugoso, que no por repetido se hace menos importante: ¿la Inteligencia Artificial va camino a ser un peligro para la sociedad, para la humanidad en su conjunto? ¿Se puede frenar, dominar o es… IMPARABLE?
Aquello sobre lo que ya había hablado hace algún tiempo, de forma directa e indirecta, vuelve de lleno a la luz con la Carta Abierta a la que muchas figuras destacadas adhieren e invitan a firmar a través del Instituto por el Futuro de la Vida. Ha sido consignada ya por más de 50.000 personas en todo el mundo, y pide pausar al menos por 6 meses todo entrenamiento a motores de Inteligencia Artificial que vaya más allá de GPT4. Extraño es que hacen fuerte mención al entrenamiento, más que al desarrollo, pero merece la pena una lectura detallada de lo que proponen y, sobre todo, porqué lo proponen.
Es un llamado bastante dramático, que se mezcla en el mismo momento en que han surgido otras voces, otros manifiestos importantes:
Yuval Harari, junto con Tristan Harris y Aza Raskin advierten de peligros similares que deben ser atendidos inmediatamente, en una columna de opinión en el New York Times de lectura casi obligatoria.
Bill Gates (no es necesario agregar link alguno para reconocerlo) ha estado hablando del asunto, ya no como fundador de Microsoft (y, supongo, aún uno de sus mayores accionistas), sino en su rol de filántropo:
Lo han entrevistado en un podcast cuyo Host es el CTO de esa empresa (bastante aburrido, por cierto) y en el mismo día ha publicado una de sus famosas “GatesNotes”: llama a la acción para llevar las posibles ventajas de la Inteligencia Artificial para que se apliquen, de manera consistente, no solamente en el mundo de los negocios, sino también en beneficio de las personas. Mejora de la Productividad, Salud y Educación, son las áreas de interés de su publicación, sobre todo para países de menores recursos. Merece ser entendido y atendido, más allá de la ironía un poco absurda de Elon Musk:
Por otro lado, pero en temáticas de similar relación con la sociedad, se empiezan ya a levantar voces sobre la necesidad de regular estas herramientas. Como bien describen en la columna del MIT Technology Review, se pueden identificar dos posibles riesgos, si no son atendidos a tiempo: el daño por uso malicioso y el daño por uso comercial.
El primero es una cuestión de larga data, que ya tendría que tener alguna guía de acción, pero muy complejo de atender: la mezcla de información falsa y maliciosa en medio de otra real. Por detrás, la censura versus la libertad de expresión, la necesidad de la prevención de las personas para saber discernir, pero multiplicada por un millón en este nuevo aluvión de prompts y respuestas.
El segundo es más complicado, aunque también ha sido alertado desde hace mucho tiempo, y siempre defendido por las reglamentaciones originales del mundo de Internet (la tristemente célebre Sección 230 del Communications Decency Act de 1996 que sigue sin modificaciones aunque hayan pasado casi 30 años): ¿de quiénes son los derechos de los contenidos que se generan con estas herramientas, qué responsabilidad tienen aquellos que las manipulan o las intermedian? Ya están creciendo nuevamente los reclamos de los creadores de propiedad intelectual, a quienes estas tecnologías pueden afectar enormemente, aún más que lo que ya ha sucedido hasta ahora. Como bien describe Benedict Evans, el problema no es nuevo, pero se hace exponencial, de la mano de cada uso derivativo:
Jessica Lessin, fundadora de The Information, ponía los mismos dilemas a la luz en una columna de estos días.
El mismo Sam Altman, en la entrevista del podcast que les compartía, menciona su predisposición a atender todas estas urgencias, pero las asocia con la creación o atención de organismos supra-nacionales. ¿Imaginan a EE.UU., Europa, Rusia, China, poniéndose de acuerdo en estas cuestiones?
Fácil de enunciar y denunciar, muy complejo de resolver. Demasiadas dudas y muy pocas respuestas aún.
Comencé mi ensayo invocando a Julio María Sanguinetti. Lo mejor es terminar también con él, que escribía: “Bienvenido el ChatGPT, ayudará pero no sustituirá la creatividad”.
En el inicio de su columna, el mejor final para la mía:
T. S. Eliot, con esa precisión que solo tienen los poetas, se pregunta: “¿Qué conocimiento es ese que se agota en información, qué sabiduría es aquella que se agota en el conocimiento?”.
Rápido y despacio, como corresponde.
¿Vale volver a decirles que la verdad única no existe? Que están mis opiniones y también las suyas, pero hay, además y como nunca, demasiado ruido y demasiados intereses de por medio. Abróchense los cinturones. Espero que les haya servido, instruido, que los haga pensar. Muy honrado de que me hayan acompañado hasta aquí. Para los que llegan por primera vez, algunos tips sobre este Newsletter:
¿Por qué escribo? Porque quiero devolver a la comunidad profesional de la industria de medios y la industria digital todo lo que he aprendido en estos más de 30 años de trabajo. He tenido muy buenos mentores que me han enseñado, he trabajado y sigo trabajando mucho, toca entregar lo que sé. La reflexión la hice después de preparar y dar mi Charla TED, me parece que es el momento adecuado.
¿Dónde encuentran mis ensayos? Aquí, en www.liberini.com, en LinkedIN, Facebook y Twitter. Por favor suscríbanse, comenten, compartan, si les interesó.
¿Por qué escribo así? Porque soy así, un poco irónico, un poco sarcástico, un poco sentimental, un poco curtido ya. Un poco soberbio y cabrón, claro, también. Soy argentino, ¿qué más decir?
¿Cómo he decidido organizar mis pensamientos semanales? Bueno, por ahora van así:
Una introducción al tema;
Un espacio de “remanso” con contenidos que no siempre tienen que ver con la cuestión de fondo (a veces emotivos, otras humorísticos, otros porque sí), previo a entrar de lleno al ensayo;
Dos o tres apartados con un cierre;
Un espacio final para que se acuerden de suscribirse, compartir y comentar. Le acabo de incorporar este recordatorio del formato para quienes recién llegan.
¿Por qué uso imágenes de pinturas y fotos para ilustrar? Como tengo varias décadas trabajando en la industria de contenidos, soy muy respetuoso de la propiedad intelectual, el derecho de autor y el uso de imágenes de terceros (porque sé lo que cuesta producir y crear, como para que cualquiera se lo lleve por ahí). Entonces solamente uso embebidos (de Youtube, Twitter, Spotify, etc.), pero si quiero insertar una imagen, debería pedir autorización y no tengo tanto tiempo disponible. Decidí entonces recurrir a mi familia creativa: las pinturas son de mi esposa Verónica, artista plástica; las fotos son de mi hermano Pablo, fotógrafo. Ambos ingenieros. Las imágenes no tienen que ver con el tema, pero me pareció bueno que los conozcan porque son muy talentosos.
¿Dónde más pueden verme, escucharme, leerme? En general aquí, pero también tengo algunos otros espacios donde he estado hablando. Traté de poner una sección en el sitio web para ir actualizando con las invitaciones que me llegan. Aquí lo pueden ir viendo. Suscríbanse aquí abajo, por favor…
Pd. Empecé a escribir CoRevolucion el libro con ayuda del chat 😬😊 me encanta la conversa con gpt y los debates que hemos iniciado al rededor de la confianza
Gracias Marce por compartir pensamientos, reflexiones y dedicar de tu tiempo a generar nuevos espacios de conocimiento y opinión. abrazo!