¿Y si pierden, qué?
"El resentimiento es como beber veneno y esperar a que la otra persona muera" (Carrie Fisher)
Como alguna vez escribí, no soy partidario de las ucronías. Imaginar qué hubiera pasado si algún evento hubiese sucedido de un modo diferente al que efectivamente ocurrió no es para mi. Creo en el metaverso, no en las bifurcaciones de los multiversos.
En una línea similar quisiera hoy, en cambio, hacer un ejercicio desde el presente hacia el futuro, como si fuera un adivino, con mi bola de cristal a mano: ¿cómo sería un hipotético contexto de la industria digital y la rutina diaria de las personas si las empresas BigTech empezaran a perder sistemáticamente cada uno de los reclamos de los entes reguladores y la justicia en EE.UU. y Europa?
Ya había comentado en otra oportunidad que el consumo digital está totalmente intermediado, con gatekeepers en cada categoría que obligan al resto del ecosistema de negocios a adaptarse a sus modos, caprichos, cambios constantes en propio beneficio. No es del todo sano, no parece bueno, pero es lo que tenemos y bien ganado lo tienen. Saber navegar en escenarios disruptivos es una habilidad envidiable.
Confieso que le vengo dando vueltas a este post desde hace un tiempo, y justo en estas semanas leía -una vez más- varios contenidos que se relacionan con la cuestión. No sé si me faltaban ganas, noticias e información sobraban.
Me decidió a no demorarlo más, sin dudas, esta nota de un medio deportivo español: “¿Quiénes son 'The Rolling Stones', el grupo que pondrá su logo en la camiseta del Barça ante el Madrid?”
¡No, no podía permitir tanto! Más aún, incluí el link en el párrafo anterior al solo efecto de corroborar que la nota existe, pero por favor… ¡por favor, no lo clickeen!
Ya sabemos largamente que el periodismo actual está en estado de “crisis” (quizás exagerando un poco el término), y que necesita imperiosamente salir a buscar consumo digital en todos los recovecos que puedan encontrar. No culpo a este medio en particular, de hecho lo respeto mucho. Pero, en todos los hogares se cuecen habas, evidentemente.
¿Quiénes son los Rolling Stones?
Este apartado va a ser bien corto: estos son los Rolling Stones, no es necesario clickear más nada. Graciasssssssssss…
No, perdón, pueden clickear algo más: su nuevo disco Hackney Diamonds. Ochenta años, producen material nuevo y salen de gira. ¡A seguir rockeando, larga vida a los Rollings (y a Lady Gaga)!
Supongamos que Pierden…
Con esa misma lógica de perseguir el consumo esquivo, hace poco tiempo Wired publicaba esta extraña investigación: “The Bizarre Cottage Industry of YouTube Obituary Pirates”.
El problema fondo es ese: la atención es tan dispersa, los tiempos de consumo tan escasos, los productores de contenidos tan bizarramente abundantes, que lograr el interés y la fidelidad de las audiencias es, hoy por hoy, el gran desafío. Los únicos que ganan en esta ecuación de plataformas son los intermediarios, esos cancerberos de Internet que se convirtieron en la puerta de entrada a todo lo digital.
No digo que esté mal, solo digo que es lo que es. Consumo “perché mi piace”: algoritmos, buscadores, feeds de uso casual e hipnótico. ¿Quién no querría estar en esa posición para defenderla, en un mundo lleno de “fosos” rodeando el castillo?
Supongamos que pierden, que esa economía de la atención buscase mutar a punta de impulsos forzados por organismos centralizados.
¿Qué cambiaría?
Como siempre, hay infinitas maneras de imaginar el futuro. La mía, mi opinión aquí finalmente, coincide con la mirada de Tancredi Falconeri en aquella icónica película de Visconti de los ‘60s, Il Gattopardo:
Cambiar todo para que nada cambie. En esas estamos, al menos los indicios parecen confirmarlo. Veamos…
Como bien dice Nilay Patel, editor de The Verge:
Apenas sabrías que Google se encuentra en medio de uno de los juicios antimonopolio más importantes en décadas . Aunque algunos testigos importantes han testificado en audiencia pública y los documentos se han publicado en línea después de un retraso, el acceso al juicio sigue siendo incierto y esporádico porque el juez Amit Mehta parece haber aceptado el argumento de Google de que los detalles de su negocio de búsqueda son simplemente demasiado sensibles para abrirse.
Uno de los juicios más relevantes, a la altura de aquel que le impusieron a Microsoft a fines de los ‘90s (y que le quitó foco para ser protagonista de la Internet móvil, el primer gran cambio tecnológico del siglo 21), apenas se conoce y se sigue.
¿Por qué? Principalmente, porque a ningún consumidor le interesa. ¿No me crees? ¡Googléalo!
Hicieron las cosas bien a tiempo, se convirtieron en el standard y lo mantuvieron bien alto. ¡Se hicieron verbo! Más allá de evidentes fallas, como los ejemplos que cité previamente, nada lo va a reemplazar en la cabeza del consumidor.
Si hasta el mismo CEO de Microsoft reconoce que su buscador (casi el único que puede hacerle sombra en el mundo occidental) tiene menor calidad:
"Te levantas por la mañana, te cepillas los dientes y buscas en Google" (Satya Nadella)
¿Y el futuro? Puede ser peor (depende para quien). Con la llegada de la inteligencia artificial centrada en redes neuronales, la nueva carrera está puesta en fidelizar el consumo (otra vez), y acelerar los cambios.
OpenAI avanza con ChatGPT en aquellas partes que le faltaban (integración multimodal, búsquedas en Internet), mientras Google responde con SGE, poniendo en riesgo su vaca lechera, tal vez.
Si el periodismo ya estaba en “crisis”, puede que ni alcance tratar de mostrar los dientes.
En el mundo creativo empezaron por las voces sintéticas, mientras preparan el video (o las voces para el video, al menos).
Será cada vez más difícil, pero también imprescindible, cambiar cantidad por calidad, buscar el diferencial, destacarse y generar comunidad.
Las fuerzas en disputa son demasiado grandes, los dineros fluyen. Esta misma semana, dos de los más importantes capitalistas de riesgo del mercado americano hablaron:
Vinod Khosla sentó de lleno su postura sobre los reclamos de copyright en el entrenamiento de los algoritmos.
Marc Andreessen, un tecno-conflictivo eterno, decidió impulsar su Manifiesto Tecno-Optimista. Mucho optimismo, mucho conflicto en sus opiniones. Imposible estar 100% de acuerdo con él. Imposible estar 100% en desacuerdo.
Aún cambiando de rubro y segmento, nos encontraremos con los mismos síntomas. Así como Google domina las búsquedas (entre otras cosas), Amazon hace lo mismo con el e-commerce. Y también incomoda. También los cimientos empiezan a crujir. Pero en este caso, como bien insiste Benedict Evans desde hace años, la definición de mercado es mucho más sinuosa. ¿Si pierden, qué?
Venimos de un mundo físico hacia uno virtual. La penetración de las transacciones en línea en el mercado total aún es incipiente. El problema de fondo es que cuando sea más relevante, ya será tarde, la curva será exponencial.
Por eso el FTC trata de imponer cambios ahora, por eso su presidenta Lina Khan se hizo conocida en 2017 por su paper académico sobre monopolios, tratando de describir un modelo teórico diferente. Aún no lo ha logrado, difícil que lo consiga. A la gente quizás no le interese.
No creo que sea resentimiento, me parece más que es deseo. Es que el resentimiento es como beber veneno…
PD: gracias M y N por el almuerzo. Me demoró el horario de envío, pero valió la pena. TKM.