Elige tu Propia Aventura
"For elevator music, AI's gonna work fine... Bob Dylan or Stevie Wonder, that's different because part of the human experience, of the human genius, is almost a mutation" (Barack Obama)
Debo confesar que respeto mucho a Barack Obama. Incluso tengo un dejo de admiración por él y su carrera. Personalmente creo que es uno de los últimos estadistas del mundo occidental. Me resulta difícil creer que vuelva a aparecer algún otro en el corto o mediano plazo con estas capacidades. Tal vez el mundo hoy es tan diferente a lo que era durante su presidencia, que la comparación pierde consistencia.
Se puede estar de acuerdo o no con él, estar de acuerdo o no con las políticas norteamericanas hacia el resto del mundo, pero es un referente que hay que escuchar. Siempre deja frases que llevan a la reflexión. No impone, propone. Como cuando se rindió a los pies del GOAT, diciendo que el mundo es de Messi. ¿Ah, no? ¿No quiso decir eso? Quizás he vivido malinterpretándolo, entonces.
Hace pocos días estuvo dialogando con el Editor en Jefe de The Verge, hablando principalmente del mundo digital, inteligencia artificial, creatividad, propiedad intelectual, regulación y futuro.
¿Por qué empiezo hoy por aquí? Porque la revolución sigue. Es imparable. La Inteligencia Artificial predictiva, generativa, se ha impuesto y se ha convertido en un punto de inflexión hacia el futuro. Como bien sugiere esa misma charla, Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, le decía a Obama que es el equivalente actual a la disrupción de la electricidad a fines del siglo 19.
Es muy probable que tengan razón. Y es interesante ponerlo en esa perspectiva, porque la electricidad tardó en adoptarse, en desplegarse masivamente. Incluso hubo dos tendencias científicas en pugna. Y Tesla perdió.
Las analogías fluyen fácilmente:
¿Código abierto o código cerrado?
¿Regulación inmediata o promoción a la innovación con control cercano?
¿Ecosistemas o grandes concentraciones de poder económico?
La única gran diferencia que yo percibo es que el mundo en esas épocas no estaba tan fácilmente conectado. Hoy somos ocho mil millones de personas, globalizadas, que debemos alimentarnos, crecer, evolucionar. Solamente eso debería hacernos poner las comparaciones en su punto justo. Hasta ahí.
Esta semana, OpenAI presentó sus novedades en el primer evento organizado para desarrolladores. Y mientras otros investigadores siguen buscando generar los mismos resultados con modelos más pequeños (quizás pensando en el consumo excesivo de energía, quizás pensando en poder llevar la magia a los dispositivos personales), los laboratorios de investigación de la empresa financiada por Microsoft nos van acercando a la inteligencia artificial general, el centro de su misión:
Despliegan agentes que automatizan funciones y los abren a terceros desarrolladores para crear un nuevo ecosistema. Dicho sea de paso, ya conocemos como funciona esa fantasía: hoy creamos un store, mañana replicamos internamente los productos más usados, pasado mañana cerramos las APIs, ¿no?
Hacen masiva la multimodalidad y la forma sencilla e intuitiva de interactuar con su plataforma.
Pre-anuncian la versión siguiente. OMG.
Pero, por sobre todo, sus científicos más destacados dedican su tiempo a poder alinear el futuro a los designios del hombre, y se imaginan un sistema operativo centrado en GPT. Lo sugería Ben Thompson, cuando predecía una integración fluida entre los modelos determinísticos de las computadoras y los probabilísticos del aprendizaje profundo.
Se acerca… se acerca cada vez más rápido. Todo se relaciona con todo en un camino sin sobresaltos, pero que hay que entender sobre la marcha y mirar con perspectiva.
Elige tu Propia Aventura
Me choqué con mi primera experiencia SEO profunda muy tardíamente. Fue en 2009, en mi retorno a la industria digital, cuando me pidieron hacerme cargo de una nueva “plataforma de comunidad”. En esos pocos años de transición en que no estuve, los hábitos de consumo se habían consolidado, la intermediación era ya un hecho irremediable. Nada que hacer.
Recuerdo muy bien aquel producto. La idea era muy buena, el modelo de referencia no tanto. En vez de querer inspirarse en Reddit (por ejemplo), se intentaba reflejar a uno de los más exitosos en esa época en el consumo de habla hispana. No se entendió oportunamente que esa comunidad, tan sólida y enganchada con la plataforma, se centraba en un uso muy específico, masivo pero segmentado, non-sancto.
Con mi equipo lo explicamos, luego le entramos por el costado, tratamos de crear una aldea más pequeña pero fiel a otros temas. Y de repente, sin querer queriendo, fuimos progresando, raspando por aquí y por allá en la abundancia digital.
Y así fue que un día la magia SEO sucedió: sin buscarlo ni conocer tanto del algoritmo de Google, se ve que empezó a querernos. No tanto como a otros, claro, pero solo ver el crecimiento exponencial de consumo nos sorprendió. Ahí sí aprendimos y nos rodeamos de gente que sabía mucho del tema, genios. Hasta que llegó Panda. Fin de la travesía. Al menos para nosotros, no hacía sentido: pivot y a otra cosa.
Recordaba ayer esta experiencia, porque vengo analizando en perspectiva desde hace mucho tiempo todos los temas relacionados con el consumo digital de contenidos.
Las últimas veces que decidí volcarlo en mi catarsis semanal fue aquí y aquí, pero quienes me leen asiduamente sabrán que es otra de mis obsesiones: si el contenido ya es abundante, si la distribución es masiva e intermediada, y la es atención esquiva, cuando le sumemos la infinitud en la producción creativa con inteligencia artificial generativa, seguramente obtendremos un coctel de sabor impredecible.
Ese es el futuro que probablemente nos espere, coincidamos o no con Obama y su predicción completa, que decía:
“… people have asked me around AI, you know, are there gonna still be artists around and singers and actors, or is it all gonna be computer-generated stuff? And my answer is, for elevator music, AI's gonna work fine. For the average, even legal brief, or let's say a research memo in a law firm, AI can probably do as good a job as a second year law associate.
But, you know, Bob Dylan or Stevie Wonder, that is different. And the reason is because part of the human experience, part of the human genius is it's almost a mutation. It's not predictable, it's messy (NR: GOAT), it's new, it's different, it's rough, it's weird. That is the stuff that ultimately, taps into something deeper in us.
And I think there's gonna be a market for that.”
Lo menciona este sagaz artículo de The Verge, que analiza los modos de consumo a través de buscadores a lo largo de la historia de Internet y “culpa” a los genios del SEO y a los algoritmos. Los culpa, pero los entiende y exonera. Así fue el recorrido digital y en ese camino estamos todos, siendo víctimas y cómplices a la vez.
Al menos hasta ahora.
Lo resume muy bien el autor de la nota:
“Google had started with a noble cause: trying to make the internet easier to navigate at scale. The company did accomplish that goal, but in doing so, it inadvertently and profoundly changed how the internet looked. The problem lay in Google trying to be an objective and neutral arbiter of an information landscape that was meant to pretend it did not exist. You cannot design a free, automated system to help people find information without some people trying to game that system. You can’t just be the most powerful observer in the world for two decades and not deeply warp what you are looking at.
For the past 25 years, the internet as we know it has been almost entirely defined and controlled by Google. What the SEOs do matters for all of us on a daily basis, distorting how we perceive the world in ways we can hardly begin to imagine or understand. Yet any money that any SEO has made is a fraction of a crumb compared to Google’s 10-layer cake. The company brings in hundreds of billions of dollars a year, profits that skew Google’s choices and priorities. As Google’s founders wrote back in 1997: “we expect that advertising funded search engines will be inherently biased towards the advertisers and away from the needs of the consumers.”
Resalto: “No puedes simplemente ser el observador más poderoso del mundo durante dos décadas y no deformar profundamente lo que estás mirando”. Algo así como el Principio de Incertidumbre del mundo digital.
El paper fundacional de Google de 1998 que referencia el artículo es relevante en el contexto actual y quisiera volver a destacar la frase completa del Apéndice A:
“Actualmente, el modelo de negocio predominante para los motores de búsqueda comerciales es la publicidad. Los objetivos del modelo de negocio publicitario no siempre se corresponden con ofrecer búsquedas de calidad a los usuarios. Por ejemplo, en nuestro prototipo de motor de búsqueda uno de los mejores resultados para teléfono celular es "El efecto del uso del teléfono celular sobre la atención del conductor", un estudio que explica con gran detalle las distracciones y los riesgos asociados con conversar por teléfono celular mientras se conduce. Este resultado de búsqueda apareció en primer lugar debido a su gran importancia a juzgar por el algoritmo PageRank, una aproximación a la importancia de las citas en la web. Está claro que un motor de búsqueda que cobra por mostrar anuncios en teléfonos móviles tendría dificultades para justificar la página que nuestro sistema devuelve a sus anunciantes de pago. Por este tipo de razones y la experiencia histórica con otros medios, esperamos que los motores de búsqueda financiados con publicidad estén inherentemente sesgados hacia los anunciantes y lejos de las necesidades de los consumidores.”
Hoy Google está en medio de un remolino de demandas y denuncias, luego de 25 años de ir forjando su propio destino y preferencia en las audiencias, aún contradiciendo su inspiración inicial.
Mientras avanza el juicio por posición dominante en las búsquedas, con resultados impredecibles, la empresa sigue innovando y tratando de estar a la altura del liderazgo que creó.
Se acerca Gemini para competir con GPT5, y se empieza a extender como una telaraña su implementación de IA generativa en los resultados de búsqueda.
Los medios tradicionales y digitales que siguen buscando desesperadamente el click hacia sus contenidos serán los primeros afectados. ¿Sorpresa? ¿Para quién?
La pregunta de fondo es qué llegará primero: el castigo y posible desguace por algunos excesos cometidos, la debacle de la industria tradicional, o el cambio definitivo de los hábitos de consumo de la gente. Al menos hasta la siguiente gran disrupción.
ELIGE TU PROPIA AVENTURA. Mi apuesta: Winner takes all… again.
Gracias por compartir tus siempre valiosas visiones!