Whac-A-Mole
"Don't blow your horn at old people, they've been around for a long time" (Pastor Chuck Swindoll)
¿A veces no sienten que viven apagando incendios, y que cuando terminan con uno ya se están empezando a quemar los pastos del de al lado? No creo ser el único ni tampoco muy original. ”¿A veces?… ¡siempre!”, pensaron, tal vez.
De hecho, no solamente me pasa en mi día a día laboral -y hasta personal-, sino que también lo percibo en la industria digital en la que trabajo hace tantas décadas: cuando parece que se resolvió alguna situación por la izquierda, se repite la misma por la derecha, como si nunca aprendiéramos de la anterior. Quizás no sea exactamente igual, pero si uno toma distancia, no se ven grandes diferencias.
Le he puesto un nombre al asunto, y tampoco aquí creo ser muy creativo: “El Efecto Whac-a-Mole”, como ese jueguito arcade donde aparecen los topos por los agujeros y uno anda con uno o dos mazos acolchados golpeando cabezas. Aún con ayuda de los puños de quienes nos acompañan, todos terminamos exhaustos y sin buenos resultados (eso si no acabamos golpeteando una mano amiga). A la siguiente ficha, todo empieza de nuevo, como si nada.
Bueno… esta semana fue particularmente “Whac-a-Mole” para mi. Debo confesar que en un momento me sentí un poco viejo y cansado como para seguir dándole al martillo. Por fortuna, una vez más, me crucé con un contenido digital que me hizo reflexionar, y le dio otro significado al tema. Vean, gracias a Youtube y sus embebidos, lo puedo compartir aquí mismo con ustedes:
Para quien no pueda tomarse un par de minutos de respiro audiovisual (créanme, vale la pena), les dejo la transcripción:
“Estaba en el autoservicio de McDonald's esta mañana y la joven detrás de mí tocó la bocina porque estaba tardando demasiado en hacer mi pedido.
‘Toma el camino correcto’, pensé para mis adentros. Entonces, cuando llegué a la primera ventana, pagué su pedido junto con el mío.
La cajera debió haberle contado lo que había hecho, porque mientras avanzábamos, ella se asomó a la ventana, me saludó y articuló ‘Gracias’, obviamente avergonzada de que yo hubiera correspondido a su mala educación con amabilidad.
Cuando llegué a la segunda ventana, mostré ambos recibos y también me llevé ‘su’ comida.
Ahora tiene que volver al final de la fila y empezar de nuevo.
NO LE TOQUES LA BOCINA A LOS VIEJOS, ANDAN DANDO VUELTAS POR LA VIDA DESDE HACE MUCHO TIEMPO.”
Ahí van advertidos, entonces, ¡no me apuren!
Whac-
Ya les decía que no era muy original con mi analogía, el uso coloquial del término Whac-A-Mole es ese, efectivamente:
“… describir una situación caracterizada por una serie de tareas repetitivas e inútiles, donde la finalización exitosa de una solo hace que aparezca otra en otra parte…
En el contexto de Internet, se refiere al desafío de defenderse de los spammers recurrentes, vándalos, anuncios emergentes, malware, ransomware y otras distracciones, molestias y daños”
“… distracciones, molestias y daños”. He aquí el mejor resumen de mi semana digital, que terminó, como corresponde, asesorando al asesor, una vez más.
Quizás otra buena manera de describir el derrotero de estos días se pueda deducir de este tuit de Jared Friedman, socio de Y Combinator:
“Algunas de las mejores ideas de startups viven en una zona gris de la legalidad. Airbnb, Uber, Lyft, YouTube y Coinbase estaban entre cuestionables y rotundamente ilegales en sus inicios.
Una razón para esto es que los incumbentes no pueden asumir ningún riesgo legal en una nueva iniciativa. Incluso si los ejecutivos de Google vieran a Uber y pensaran que ‘parece prometedor’, no habría manera de que pudieran lanzar un competidor porque enfrentarían una responsabilidad ilimitada que podría destruir todo Google.
Por lo tanto, una startup que asuma riesgos legales será invulnerable a la competencia de las grandes empresas durante mucho tiempo.
Debo añadir que todas las empresas que se me ocurren en esta categoría estaban violando leyes que en general se consideraban tontas e impopulares, como las leyes que protegen el monopolio de los taxis. Las empresas emergentes que violan leyes que en general se consideran importantes no es probable que terminen también (tan bien).”
¡Surprise, surprise! ¿No? ¡No!, pero que bien escrito y resumido, sobre todo viniendo de uno de los ejecutivos más importantes de una de las incubadoras más relevantes de Silicon Valley. Ya hace algunas semanas rescataba un muy buen ensayo de Doug Shapiro describiendo algo similar, aunque sin tanta proximidad al precipicio, sino poniendo la responsabilidad del lado de la corporación. “Mole, mole, mole”… diría Austin Powers.
A-Mole
¿Tres rápidos ejemplos, tres? Ahí vamos con los mazazos, escondan sus cabezas:
Inteligencia Artificial #1: desde siempre, el mundo de la publicidad digital ha tenido algunos elementos un tanto extraños (digamos), lo he comentado ya en otra oportunidad. De hecho, diría que el marketing en general, al ser una mezcla de ciencias sociales, exactas y estadísticas, puede leerse de maneras diversas, siempre a favor de quien quiera convencer de algo. No por nada aquella frase que recordaba la semana pasada -“La mitad del dinero que gasto en publicidad se desperdicia, el problema es que no sé que mitad”- se acuñó mucho antes de que tan siquiera existiese una conexión telefónica de datos. Este joven veinteañero con el que convivimos hoy, ha pasado por varias etapas de vida:
Ha sido un niño caprichoso, queriéndonos convencer de las bondades de ver un banner publicitario, incomodándonos de cualquier manera, poniéndolo por encima (pop-up) o por debajo (pop-under, que nadie leía, pero qué importaba, si la impresión contaba igual);
Pasó por su etapa de adolescencia rebelde, hastiándonos con sus retargetings;
Y llegó por fin a esta era de madurez joven, con mucha pseudo-inteligencia (artificial), donde vuelven a aparecer los sitios web caza-anuncios, solo que ahora con otra sofisticación y acrónimo renovado: MFAs (Made-For-Advertising sites). 15% del dinero publicitario derrochado en estos destinos alimentados a pura herramienta de IA generativa, que con eso se hace todo más fácil y rápido. Más de veinticinco años de recorrido para volver al punto de partida: WHAC…
Inteligencia Artificial #2: que la propiedad intelectual no nació con el ser humano es casi una verdad de Perogrullo. Que cada tanto las leyes crujen y se estremecen ante nuevas realidades, quizás tampoco, pero mejor ponerlo en la superficie una vez más. Esta semana recordaba estas cuestiones al tener que repetir (y corregir por tercera vez, en tan solo dos meses) una presentación introductoria sobre la Inteligencia Artificial generativa. Imposible no pasar por el Copyright y el Copyleft, y destacar lo que relataba Benedict Evans en su excelente ensayo Generative AI and intellectual property. Todo es tan confuso, tantas cabezas apareciendo a la vez a través de los agujeros, que solo siete días después de una última sentencia que reforzaba la posición de la Oficina de Derechos de Autor de los EE.UU., es esta misma oficina la que duda y abre una consulta para recabar opiniones sobre:
Cómo los modelos de IA deberían utilizar datos protegidos por derechos de autor en el entrenamiento;
Si el material generado por IA puede tener derechos de autor incluso sin la participación de un ser humano;
Cómo funcionaría la responsabilidad (“liability”) de los derechos de autor con la IA. ¿En serio? Vuelta a empezar: WHAC… A…
Regulaciones Europeas #101: escuchaba hace un par de meses a un importante ejecutivo de medios francés diciendo que a los europeos les encanta regular a las tecnológicas digitales, principalmente porque no existe ninguna empresa de ese continente que les haga sombra a los americanos o a los chinos. ¿Exagerado? Por supuesto. ¿Cierto? Creo que también. Y en estos meses, luego de más de 5 años de la llegada de GDPR, comenzarán a ponerse en práctica las dos nuevas leyes de control digital:
DSA: que intentará proteger al consumidor;
DMA: que tratará de ponerle un límite a los abusos de posición dominante en la competencia.
Mientras se sigue debatiendo una posible regulación para la IA en la Comunidad Europea, creo que estas dos iniciativas son válidas, importantes, destacables. Pero, de fondo, lo que me pregunto es qué tanto poder de fuego real tendrán, cuando aún no le han cobrado a ninguna empresa BigTech las multas que han intentado imponer en la última década. Girando en círculo como un trompo: WHAC… A… ¡MOLE!
¡Ah! Además de todo, esta semana cumplí años, quizás por eso me sentí más sensible y cansado. Gracias, gracias… ¡ya, ya, NO LE TOQUEN LA BOCINA A ESTE VIEJO! ¡GUAC-A-MOLE!