Aquí vamos de nuevo...
"Ya los hombres antiguos sabían, al parecer, que por exorbitante que fuese una mentira, si se repite con suficiente vigor y frecuencia, finalmente será aceptada" ("El Cercano Oriente", Isaac Asimov)
Hace poco más de un año empecé a escribir algunas ideas y opiniones en LinkedIN. Muy rápido me quedó corto: o la herramienta era muy básica, o no la supe manejar bien (no tenía acceso a la función de Artículos) o redactaba demasiado largo. Quizás un poco de cada cosa, claro, cómo no.
Me había generado la curiosidad un querido amigo, ya lo describí apenas comencé aquí: “deberías devolverle a la comunidad lo que otros te han enseñado, tu propia experiencia”.
Hoy lo vuelvo a destacar con nombre y apellido: Mauricio Salazar, a quien le dedico especialmente este ensayo. Mauricio maneja sus emprendimientos con impacto social en Colombia y además representa a TED en la ciudad capital y un poco más allá, una suerte de embajador que deja muy bien parada a la institución. Tuve la bendición de poder trabajar con él mi propia charla , que he puesto en práctica varias veces desde entonces. Mauricio también es un gran coach, por cierto. Coach, mentor, advisor, todas esas palabras que a él no le gustan en los perfiles. ¡Speaker! Había olvidado esta.
¿Por qué lo recuerdo hoy y me tomo estos primeros párrafos que no tienen que ver con la cuestión de fondo? Es que a partir de aquellas primeras experiencias, y como veía que seguía con ganas, el 4 de febrero de 2023, hace exactamente un año, inauguré mi propio Newsletter, que he intentado cultivar casi religiosamente cada semana. Cuarenta y nueve ediciones en un año.
Así fue creciendo mi pequeña comunidad, sin prisas, sin pausa, sin segundas intenciones más allá de lo que decía al inicio: devolver. Hay quienes comentan, otros ponen corazones, algunos más me escriben por fuera y me dicen que lo leen. Todo sirve si el objetivo se cumple.
Da la casualidad también (o no tan casual, la vida tiene esas curvas) que este será uno de los últimos artículos que redactaré desde este bendito país. Gracias por lo que me diste, Colombia: cosas buenas y de las otras, pero por sobre todo me permitiste conocer buena gente, seres humanos íntegros que seguramente seguirán cerca de mi. “¡Quiubo parce!”
Ahora sí, yendo al meollo del asunto, aquí vamos de nuevo…
Un Círculo Infinito
También hace casi 1 año, justo una semana después de la inauguración, escribía que mi experiencia me sugería que El Mundo Digital es Circular: un día de la marmota que se repite periódicamente. Trataba de argumentarlo, pero, por sobre todas las cosas, trataba de dar opinión, mezclada con bastante información de contexto.
Algunos meses después decía, tomándome de una frase famosa de Albert Einstein, que acumular información no nos da conocimiento, que la única manera de generar conocimiento es a través de la experiencia. Dio la casualidad que ayer me crucé con esta charla de Steve Jobs, y no puedo evitar dejárselas para su consumo, porque de esto hablamos…
… de acumular cicatrices en la piel, producto de los errores. De saber hacer las cosas, no solamente teorizarlas, con fallas y aciertos.
Steve Jobs comparte ciertos rasgos de personalidad con otros protagonistas imprescindibles de la era moderna digital: su sucesor Tim Cook (aún cuando éste parezca ser más sereno), Bill Gates, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Elon Musk, Page&Brin.
Ellos son los Leonardo Da Vinci del siglo 21, con más o menos énfasis, con humanidades más o menos complejas y atribuladas. Aquellos que piensan diferente y nos llevan hacia el futuro.
Escribía Paul Graham, fundador de Y Combinator, acerca de ese posible rasgo común:
“La terquedad es una cualidad curiosamente neutral. Multiplica tus otras cualidades, buenas o malas. Si eres sabio y efectivo, un poco de terquedad te ayudará. Pero no hay nada peor que un tonto testarudo.”
Tercos modernos, obsesivos, con dinero y poder.
Círculos concéntricos, cada vez más grandes
Estamos ingresando a un nuevo círculo, como en La Divina Comedia, y mejor será que lo entendamos con perspectiva, sabiendo cuándo debemos mirar para atrás de nuestros hombros, cuando estaremos acercándonos al inicio otra vez.
En estos últimos días Apple finalmente comenzó a vender su dispositivo de realidad virtual, y Elon Musk anunció que logró implantar el primer dispositivo cerebral de Neuralink en un ser humano.
Parecen dos noticias sin puntos de contacto. Sin embargo yo veo un mismo eje, un solo camino. Círculos que se agrandan, como dibujados con el mismo compás. Bueno y malo, todo a la vez.
Como era de prever, los primeros casos de uso del Vision Pro aún se están construyendo. Ya sucedió con el teléfono que transmitía conciertos, el computador, Internet y las máquinas de fax, el fracasado iPhone, la IA Generativa.
Cuando algo es tan nuevo, tan disruptivo, hay que permitirle rodaje antes de sacar conclusiones. Cierto es que la realidad virtual no es una novedad en el mundo de la tecnología. Vean por caso este informe del año 1991 de Primetime Live de ABC News:
Nada mal. Impracticable, inusable, pero nada mal. Hasta aquí llegamos, solo 33 años después. Si logramos hacernos a la idea que Apple patentó los elementos básicos de su dispositivo VR en el año 2007 (¡16 años!), se puede entender razonablemente la evolución, la complejidad tecnológica y sus demoras.
Se me llenó el feed algorítmico de X de gente haciendo cosas absurdas con este aparato, como aquí, aquí, aquí y aquí. Cuántos serán reales, cuántos fake, quien lo sabe en esta era de GenAI. Lo que sí, me corresponde coincidir con Mark Zuckerberg: los goggles de VR son a los anteojos de AR, lo que la PC a los smartphones:
“I think, at the end of the day, I'm quite optimistic about both augmented and virtual reality. So I think AR glasses are gonna be the thing that's like mobile phones that you walk around the world wearing. VR is gonna be like your workstation or TV. Which is when you're like settling in for a session and you want a kind of higher fidelity, more compute rich experience, then it's gonna be worth putting that on. But you're not gonna walk down the street wearing VR headset. I mean, at least I hope not…”
Mala predicción… creo que esta semana aparecieron los egos, gente queriendo mostrar que ya tienen su Vision Pro (¡espero!).
Vi mucha empatía con Apple en su lanzamiento oficial (¡merecido!) y demasiado escepticismo, mezclado con un poco de malicia -si se me permite el término- con el anuncio de Neuralink. Leí 3 o 4 artículos sobre Telepathy, y en todos ellos se menciona un evento trágico y no comprobado de esa empresa en el pasado. Más aún, la única nota oficial sobre ese evento que pude encontrar, fue negándolo. Y sin embargo, como diría Isaac Asimov…
¿Por qué? Tengo mis teorías, pero de eso no te trata mi opinión aquí, sino de la evolución y la mirada hacia el futuro del consumo.
Así como los dispositivos de VR y AR nos permitirán un cambio radical (espacial, sensorial) en la forma de interactuar con la tecnología, los implantes cerebrales de este nuevo tipo se podrían convertir en la siguiente revolución, ya no a través de los sentidos, sino puenteándolos.
Y me refiero específicamente a la definición de largo plazo de Elon Musk sobre estas tecnologías, no a los chips cerebrales ya existentes y los primeros casos de uso de Neuralink.
Ejemplos de uso presente hay muchos y con enormes beneficios. Si no lo recuerdan, o no lo saben, lloren conmigo aquí.
Quise llegar entonces a entender un poco mejor de qué se habla, no para defenderlo ni atacarlo, sino para tratar el tema con un poco más de propiedad y evaluar mejor su evolución.
Y terminé, para bien, en una antigua y extensísima entrada de 2017 del blog Wait But Why, de Tim Urban (famoso también por su charla TED sobre la procrastinación).
Quisiera terminar mi ensayo aniversario con dos extractos de ese artículo, que marcan de alguna forma ese hipotético y lejano futuro, que convertiría a la computación de espacial en… ¿“cerebral”?
De Tim Urban…
“The budding industry of brain-machine interfaces is the seed of a revolution that will change just about everything. But in many ways, the brain-interface future isn’t really a new thing that’s happening. If you take a step back, it looks more like the next big chapter in a trend that’s been going on for a long time. Language took forever to turn into writing, which then took forever to turn into printing, and that’s where things were when George Washington was around. Then came electricity and the pace picked up. Telephone. Radio. Television. Computers. And just like that, everyone’s homes became magical. Then phones became cordless. Then mobile. Computers went from being devices for work and games to windows into a digital world we all became a part of. Then phones and computers merged into an everything device that brought the magic out of our homes and put it into our hands. And on our wrists. We’re now in the early stages of a virtual and augmented reality revolution that will wrap the magic around our eyes and ears and bring our whole being into the digital world.
You don’t need to be a futurist to see where this is going.”
(Reitero, el blog es de 2017, no de 2024).
… a Elon Musk:
“We already have a digital tertiary layer in a sense, in that you have your computer or your phone or your applications. You can ask a question via Google and get an answer instantly. You can access any book or any music. With a spreadsheet, you can do incredible calculations. If you had an Empire State building filled with people—even if they had calculators, let alone if they had to do it with a pencil and paper—one person with a laptop could outdo the Empire State Building filled with people with calculators. You can video chat with someone in freaking Timbuktu for free. This would’ve gotten you burnt for witchcraft in the old days. You can record as much video with sound as you want, take a zillion pictures, have them tagged with who they are and when it took place. You can broadcast communications through social media to millions of people simultaneously for free. These are incredible superpowers that the President of the United States didn’t have twenty years ago.
The thing that people, I think, don’t appreciate right now is that they are already a cyborg. You’re already a different creature than you would have been twenty years ago, or even ten years ago. You’re already a different creature. You can see this when they do surveys of like, “how long do you want to be away from your phone?” and—particularly if you’re a teenager or in your 20s—even a day hurts. If you leave your phone behind, it’s like missing limb syndrome. I think people—they’re already kind of merged with their phone and their laptop and their applications and everything.”
Feliz aniversario… ¡y que cuuuuumplas muuuuuchos máaaaas!
Hermano ya te estoy extrañando, afortunadamente el mundo digital nos permitirá estar cerca en la distancias.
Gracia por esas hermosas palabras. Más que cualquier cosa, prefiero ser tu amigo 😘
Larga vida para este blog!