Al Infinito y Más Acá
"El mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, es la ilusión del conocimiento" (Stephen Hawking)
Bienvenidos al Mundo Infinito…
¿Qué sucede cuando se escribe un breve ensayo sobre un tema de tecnología digital que está caliente, al que le llueve el dinero alocadamente y avanza a la velocidad de la luz, pero no se publica en el momento sino 5 meses después?
En mi caso, un frío corrió por mi espalda, debo confesar. ¿Habría quedado desactualizado? ¿Los avances de las grandes tecnológicas me dejarían en ridículo? ¿Estaría diciendo una catarata de obviedades o de torpes sinsentidos?
Un riesgo, ciertamente. Pero un riesgo acordado, aceptado, porque el resultado igualmente sería relevante. Al menos eso espero. Estoy seguro, digo.
Cuando se participa en la redacción colaborativa de un libro, los editores tienen un desafío monumental: perseguir a los escritores para que cumplan con sus fechas comprometidas, ponerlos en contexto, generar una experiencia consistente para el lector. No los envidio.
Conversaba hacia finales de 2023 con Ernesto Cambursano, fundador de Datafactory y viejo compañero de rutas digitales llenas de curvas y de pozos, sobre el enorme desafío que tienen los medios periodísticos de cara a la Inteligencia Artificial Generativa. Creo que me quedo corto: “enorme” es una palabra pequeña. No sé siquiera si existe la que intento poder usar para evitar el apocalíptico “de vida o muerte”.
De algunas de aquellas conversaciones que él lideraba con miembros de la industria surgió una serie de conferencias sobre el tema para nivelar conocimiento, para generar algún tipo de consenso y compartir experiencias, al menos en el periodismo iberoamericano.
Para, también y como decía Stephen Hawking, salirnos del confort de la ilusión del conocimiento, que es peor que la ignorancia.
Tuve el honor de participar en el primero de esos paneles y allí conocer a quienes resultaron ser los editores de lujo de este libro que hoy quiero presentarles y proponerles que descarguen gratuitamente para leer.
… Más Acá
Gemini, Copilot, GPT-4o, Suno, Sora, Claude, Veo… el tiempo solo da la razón. Tarde o temprano cada herramienta tendrá su caso de uso, integrado o modularizado, como bien explica Ben Thompson.
¿La regulación? Quizás no llegue nunca, o llegue demasiado tarde, que es lo mismo.
¿Los creadores de contenidos? Aún se debaten entre usar las herramientas masivamente, oponerse, bloquear el sol con un dedo, claudicar, o negociar al menos dignamente.
Ejemplos (muy) recientes que refuerzan la opinión:
Medios que hacen acuerdos privados con los creadores de las herramientas, como The Atlantic y Vox Media esta misma semana, siguiendo el camino de otros, como aquel Associated Press precursor.
Organizaciones periodísticas que dan el primer paso hacia… algo (ya se verá qué y para qué), como WAN-IFRA ayer mismo.
Los grandes productores audiovisuales que a escondidas -o no tanto-, deben reconocer que hace rato que utilizan este tipo de ayudas tecnológicas, aún a riesgo de volverse a pelear con los sindicatos.
Como dije hace poco más de un año: Imparable. El mundo circular ya acomodará las cosas, como siempre.
En fin, ¡que zafé! Mi texto sigue vigente.
Quizás porque fui lo suficientemente genérico o lo suficientemente acotado en la proyección de futuro. O quizás, porqué no, porque las evidencias que tenía delante de mis ojos me hicieron ver algo que podía comprometerme con una opinión sobre el futuro.
Entonces, ahora sí, les propongo que descarguen el ebook Inteligencia artificial para la generación de contenidos en Iberoamérica: experiencias editoriales en medios de comunicación editado por Alexis Apablaza-Campos y Jaime Andrés Wilches Tinjacá, y escrito en forma colaborativa por varias figuras importantes de la industria de medios y la academia de países de Iberoamérica.
También les propongo que lo compartan, y que si lo hacen usen el hashtag #IberoIA2024. A todos nos va a servir que este material se distribuya masivamente, que se lea, que se entienda en todo su adecuado contexto. Estoy seguro.
Les dejo como adelanto mi participación, por si tienen un poco más de tiempo de lectura.
Al Infinito y Más Acá.
Ya llegó. Ya está con nosotros. La Inteligencia Artificial Generativa (GenAI), convertida en la niña bonita y rebelde desde fines de 2022, de a poco, sin prisa pero sin pausa, se ha vuelto adulta y responsable. La analogía es interesante. Toda la industria digital se ha comportado así en estas décadas. Hoy es un joven adulto de más de 35 años, si consideramos la génesis de la World Wide Web en 1989, que mira a la distancia su etapa adolescente y cada tanto quiere volver a sublevarse. Cada iniciativa tecnológica cumple las mismas premisas: infancia y aprendizaje, indisciplina precoz, madurez.
Vuelta a empezar. Avanzamos. O quizás retrocedamos.
Era lógico que sucediera también en este caso. Imposible que nos creyéramos que solamente se trataba de una herramienta que predecía eficientemente la siguiente palabra de una frase o que dibujaba manos de seis dedos y cuerpos de tres piernas. Demasiado ruido, demasiadas inversiones del mundo capitalista para un resultado paupérrimo.
Y entonces la industria de medios, como en toda disrupción digital, fue la primera impactada. Al final del camino todo pasa por los contenidos, ¿no?
He liderado equipos de medios digitales durante los últimos 25 años de carrera profesional y he visto pasar demasiada agua bajo el puente. Terminé concluyendo que todo es un círculo que se repite cada 10 años, aproximadamente. Lo que creemos novedoso termina siendo casi un reflejo de alguna otra maravilla anterior, efímera o persistente. De la sorpresa a la negación. De ahí al uso tímido, la masificación, y el punto de saturación y normalización.
Sin embargo, creo que estamos en un punto de inflexión verdadero, en un momento de cambio. Los hechos lo están demostrando. El consultor experto en medios y tecnología Doug Shapiro lo expone en sus últimos ensayos: vivimos el inicio de una etapa de producción infinita de contenidos, donde nos toca volver a definir algo tan obvio como el valor de lo que hacemos hacia nuestras audiencias.
La GenAI tiene una particularidad temporal: alucina. No es un “bug”, es un “feature”. Y eso que puede ser peligroso para la información y los hechos, es más que bienvenido para la creatividad. ¿Qué mejor que tener un compañero que nos ayude a salir del síndrome de la hoja en blanco? Le damos una frase, un vago concepto, y nos devuelve, si sabemos usarlo, un guion completo. Le mostramos una escaleta y nos responde con un storyboard. Le dictamos una idea, conversa con la herramienta y nos retorna un video terminado.
¡Al infinito y más allá! ¿O más acá? ¿Dónde queda lo humano entre tanto contenido sintético abundante y sin límites? Un experimentado publicitario comentaba que nunca había visto un banner digital que lo emocionara y lo hiciera llorar como sí le había sucedido con piezas de 30 segundos para TV. ¿Y ahora, qué? ¿Cómo identificaremos -si es que importa- aquella canción creada por una persona de carne y hueso de esa otra puramente artificial? Hacia allí vamos, no hay dudas.
Los desafíos son múltiples: rescatar la creación, respetar los derechos (humanos), separar hechos de ficciones cuando corresponda.
Es que, para llegar a este estado actual y la promesa futura, los algoritmos deben entrenarse. Y ahí la cosa empieza a enredarse, porque para hacerlo deben consumir muchos datos, también casi infinitos. El origen de ese contenido, los derechos de autor, poco importan. Las leyes parecen no preparadas para esta situación. La discusión del uso justo es flexible, se estira para todos lados. ¿Qué diferencia existe entre este entrenamiento artificial y aquel de un proceso formal de educación de una persona? Discusión abierta. Cuando se logre un consenso quizás sea tarde.
Mientras tanto, toca experimentar. Porque seguramente la competencia ya lo está haciendo.
Entrar con cuidado en el periodismo, pero aprovechar la tecnología al máximo en el entretenimiento: en piezas creativas publicitarias, proyectos testigo -también conocidas como pruebas piloto-, en programas de talento y como apoyo para el desarrollo de ideas creativas.
Agárrense fuerte, que esto recién comienza. ¡Al infinito y más... (a completar)!